Aunque la tecnología ha transformado la peritación, el juicio crítico y la experiencia del perito humano son irremplazables para garantizar análisis precisos y adaptados en cada proceso.

La tecnología ha cambiado radicalmente nuestra forma de trabajar, desde el uso de inteligencia artificial hasta algoritmos avanzados en tasación. Sin embargo, hay elementos que la tecnología no puede replicar: el juicio crítico, la experiencia práctica y la empatía del ser humano.

La revolución tecnológica en la peritación y tasación

En los últimos años, la tecnología ha transformado la forma en que se llevan a cabo las peritaciones y tasaciones. Herramientas como la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y los softwares especializados han permitido automatizar y agilizar muchos procesos.

Estas innovaciones han mejorado la eficiencia, reduciendo el tiempo necesario para analizar datos y generando resultados rápidos. Sin embargo, también plantean interrogantes sobre la calidad y la interpretación de los resultados generados automáticamente.

Los límites de la tecnología en la peritación

Aunque la tecnología ha demostrado ser una herramienta útil, tiene limitaciones significativas. Los sistemas automatizados no siempre son capaces de comprender el contexto específico de cada caso.

• Falta de sensibilidad al contexto: Las herramientas tecnológicas trabajan con datos estandarizados y patrones predefinidos, lo que puede resultar en errores cuando se enfrentan a situaciones únicas o atípicas.
• Ausencia de juicio crítico: La tecnología puede identificar patrones, pero no puede evaluar factores subjetivos o tomar decisiones basadas en consideraciones éticas.
• Errores en los datos: Si la información de entrada está incompleta o es incorrecta, los resultados también lo serán. La tecnología no puede validar la veracidad o relevancia de los datos.

Estos factores subrayan la necesidad de contar con un perito humano que pueda interpretar y contextualizar los resultados tecnológicos, garantizando una peritación precisa y confiable.

El valor añadido del perito humano

Un perito humano aporta elementos que ninguna tecnología puede replicar completamente. Entre sus principales fortalezas se encuentran:

• Experiencia profesional: Un perito humano tiene conocimientos acumulados a lo largo de su carrera que le permiten identificar detalles cruciales que las herramientas tecnológicas podrían pasar por alto.
• Análisis crítico: Un ser humano puede evaluar factores complejos, como las condiciones específicas de un bien o las circunstancias particulares de un caso, aplicando su criterio profesional.
• Capacidad de adaptación: A diferencia de los algoritmos, un perito humano puede ajustar su enfoque según las necesidades y peculiaridades de cada situación.

Por ejemplo, en una tasación de vehículos accidentados, un software puede calcular el valor de mercado del coche basado en datos, pero un perito humano puede evaluar el impacto real de los daños, considerando factores como el desgaste previo, la calidad de las reparaciones necesarias y el estado general del vehículo.

Tecnología y peritación: una combinación poderosa

Lejos de estar en competencia, la tecnología y el perito humano pueden trabajar juntos para lograr resultados más precisos y eficientes.

• Apoyo en el análisis de datos: Las herramientas tecnológicas pueden procesar grandes volúmenes de información rápidamente, mientras que el perito humano interpreta esos datos con un enfoque crítico.
• Automatización de tareas repetitivas: La tecnología puede encargarse de tareas mecánicas, permitiendo que el perito humano se concentre en aspectos más complejos y personalizados.
• Validación de resultados: Un perito humano puede revisar y validar los resultados generados por los sistemas tecnológicos, asegurando que sean precisos y relevantes.

En Invarat, trabajamos para integrar esta sinergia, ofreciendo procesos de peritación y tasación más completos que combinan tecnología avanzada con la experiencia del perito humano.