¿Puedo vender un coche en mal estado?

Hay muchos motivos para querer vender un coche en mal estado que no están relacionados con estafas. Puede ser que no se pueda o no se quiera arreglar, que se ofrezca para aprovechar las piezas o, incluso, que los posibles compradores se interesen por él simplemente para arreglarlo ellos.

Sea como fuere es cierto que se pueden vender vehículos averiados. El principal requisito para hacerlo es explicar claramente al comprador el estado real del automóvil. Es decir, que el nuevo propietario sea consciente de en qué grado está estropeado el producto que está adquiriendo.

Por supuesto, vender un coche con averías implica muchas desventajas respecto a hacerlo sin ellas. La primera es el precio. Las personas ofrecerán mucho menos dinero por un automóvil en mal estado que por uno en buenas condiciones. A esto hay que añadirle posibles problemas de transporte a la hora de entregarlo al comprador.

¿Qué pasa si vendo un coche en mal estado sin informar debidamente al comprador?

Un peligro de vender un coche averiado es que este tenga más averías de las que creíamos en un primer momento. Si el nuevo propietario sufre averías cuyo origen sea previo a la entrega del automóvil y no ha sido debidamente informado al respecto el vendedor podría ser denunciado por vicios ocultos.

En el caso de que el comprador realice un informe pericial en el que se demuestra que los daños del vehículo son previos a la venta y el vendedor no puede demostrar que informo de dichos daños este será sancionado. La sanción puede ir desde la devolución del dinero, abonar la reparación o compensar económicamente al nuevo propietario.

En definitiva, tenemos que acabar este artículo informando de que desde el gabinete pericial Invarat no recomendamos vender coches averiados. En el caso de no tener alternativa la mejor opción es acudir al desguace. Consideramos que tener que venderlo a un precio muy inferior y sufrir el peligro de una demanda por vicios ocultos no compensa el haber vendido un vehículo sin reparar.

Fuentes: Invarat y Canva